jueves, 22 de mayo de 2014

Capitulo Catorce. Soy CARMEN, la de SIEMPRE, mas RENOVADA


Se me fue el tiempo entre las manos, ha pasado un año!!!
Aquí estoy, nuevamente entre mi gente, reencontrándome con los afectos, las ollas y las  mil y unas anécdotas recolectadas de mi exilio.
Mis amigos no me encontraban, estaba desaparecida, me fui de casa, salí huyendo, huyendo de la rutina. Armé un bolso grande como mi cuerpo, con las cosas más queridas y más valiosas, me despedí del viejo y también del hijo.
Si mujeres, hombres, niños, amigos, enemigos, queridos  y odiados, ME FUI, planté bandera. Que me pasó? Me harté, basta de la Carmen abnegada, basta de la Carmen comprensiva, ahora debía vivir una vida con más libertad, tranquila y si…mas mundana.
Salí de casa una tarde, luego del trabajo, hablé con los familiares y les expliqué lo que necesitaba.
El viejo me dijo: “Creo que te vas de Joda Carmencita, así es fácil, me dejas el fardo de la responsabilidad  de la casa y del hijo”…, a lo que ni lerda ni perezosa, le dije: “No hombre que va!! Me voy a respirar, encontrar el rumbo perdido y en cuanto al hijo decile que me busque, que allí estaré para lo que mande”.
Por supuesto que mi hermano Pepe, me castigó con su mirada prejuiciosa y me dijo: “sos  una  mala mujer, eso no se hace”. Tuve que dar una respuesta a eso y le dije: “Decime Pepiño a estas alturas de la vida, a quien le importa?”
Ni hablar lo que dijo Felicitas; me dijo “que ella nunca hubiera hecho eso”…, pero claro como lo haría si no sabe cómo putas se siente viviendo en matrimonio….así es fácil!!
Pero luego de haber  pasado un año he aprendido, he viajado, he conocido y tengo tanto para contar; que hasta mi viejo, mi Nano y todos mis hermanos me han recibido con los brazos abiertos para escuchar y abrazarme por la falta que les hice.
Que buen regreso, que alegría….tomemos una copita de vino tinto y en la próxima  les cuento!!!





viernes, 24 de mayo de 2013

Captitulo Trece. Subiendo al Ascensor

Venía del trabajo con el viejo, que me fue a buscar en el autito.
Entramos al edificio, y cuando iba a subir al ascensor salía la pizpireta del 3ero. B, salió corriendo casi nos atropella, apenas nos saludó, como si se la llevara el mismísimo archidiablo.
¿Qué le pasa a ésta? Le pregunto al viejo, como si tuviera la respuesta a todo el pobre hombre.
Ni bien ponemos un pie en el ascensor siento un olor…le digo al viejo, aquí a alguien se le ha caído algo, era un olor intenso, No tiene explicación es así se siente.
¡Ah la perinola! ¿Qué había producido ese olor o de donde salió?
Con una mirada de complicidad entre el viejo y yo nos pusimos a reír. ¡Es la del tercero! –exclamé como si hubiera ganado la lotería, que hija de su madre, no se podía respirar el viejo miraba para abajo y yo me tapaba la nariz.
Qué cosa, esto es de lo más común de lo que se piensa.
¿Qué habrá comido esta cristiana? Santo Dios líbranos de todos los males y de estos olores también.
Esto me recuerda cuando fui al panteón del cementerio a llevarles flores a mis padres.
Estaban conmigo en ese momento la tía Chicha, mis hermanos el Pepe y la Felisa.
Hablábamos de los muertos de la familia, cuando de repente sentimos un ruido típico y no de la bailanta, sino de cuando alguien se desgracia.
Pero de inmediato las tres brujas, como si supiéramos, nos dimos cuenta que fue Pepe el autor de ese ruido.
Nos miramos al mismo tiempo….y Pepe ni lerdo ni perezoso empezó a zapatear, no sé porque se creía que con eso iba a disimular lo inevitable, y a coro le dijimos: “Ni parecido Pepe, ni parecido, ya entendimos lo que pasó, déjalo ahí hombre!”
¿Alguna vez les pasó algo parecido? Entienden que a mí SI. 



viernes, 17 de mayo de 2013

Capitulo Doce. Haciendo Pilates

Sali corriendo de la peluquería y me fui al gimnasio.
Hace una semana empecé hacer Pilates con mi hermana Felisa, nos quedamos en encontrar directamente en el tercer piso del Shopping donde funciona.
¿Quién diría? Yo con la Felisa en Pilates…esto sí que es nuevo, la banco poco a Felisa, y encima me embarco a compartir estos espacios pequeños y míos con ella.
¿A ustedes no les suele pasar a veces lo mismo, con ciertas personas? ¿Que no las queremos ver ni en la sopa y por alguna razón estamos juntos en esas cosas de vida?
La profe de Pilates, se estira como chicle y nos dice: “las últimas dos, las últimas dos”, para mí son como cien las últimas dos.
Yo no estoy muy flexible pero tengo la lengua filosa como escarpelo, hablo, hablo y hablo no paro de decir boludeces, todas me miran como pensando que estoy para el neuro.
Me enredo en la camilla con las tiras de atrás. Una pata para aquí, una tira para allá y quedo como ajo doblado. 
Decía mi madre “los años no vienen solos” y esto es el resultado aquí se nota.
Felisa es más flexible pero le viven poniendo y haciendo de todo en el cuerpo en los Institutos, así cualquiera.
Parece una comida gourmet, tan elaborada.
Como dice mi viejo: “Que procesada es esa Felisa”.
Si algo me quedó claro, que en las clases de Pilates todas somos similares en años, todas más o menos flexibles, pero la campeona de ahí es la profe un lomazo de aquellos, eso sí: joven, mujeres, joven. 
Entre las cuatro que vamos no hacemos ni una al lado de la profe.
Por eso yo he adoptado un dicho de ella cuando algún ejercicio nos cuesta “Con amor, mujeres, con amor”



sábado, 11 de mayo de 2013

Capitulo Once. Un día perdido

Hoy con el viejo fuimos al club porque nos llamaron los Gómez. Querían que nos juntáramos a charlar, dicen que se sienten solos, aburridos y necesitaban estar con nosotros.
Ni bien llegamos, los vimos que están cerca la cantina, sentados como desparramados en unas reposeras desvencijadas que nos prestan en el club.
Desde lejos me di cuenta que  estaban discutiendo, y pensé… lo que faltaba y para varear, pasa con las parejas de varios años de casados, todo termina dado vuelta.
Y sobre todo pasa ésto con los Gómez, se ponen a discutir hasta adelante del Papa,  no tienen filtro.
Como decía mi madre ¡Estos no tienen decencia!
Cuando nos íbamos acercando yo sentía que Don Gómez le decía a la mujer:
"Quien me la hace, me la paga. Quien me busca me encuentra. Y al son que me tocan, bailo.” Y pensé… Ah la perinola… que fulero, que frasero éste viejo se parece al Martin Fierro de José Hernández…cuanta cultura para rezongar y mandar al carajo a la mujer, a esa pobre Nina.
Y ella con un comentario un poco menos elegante, le contestaba: "déjame de joder un rato, cuando termine los mates me voy, no me jodas más con esos dichos de porquería tuyos”
Los saludamos y bastante enojados estaban entre ellos. Y si...la ligamos nosotros que ni arte ni parte de sus asuntos, que caras de pocos amigos que nos iban poniendo. Metían miedo estos Gómez.
Al final no pudimos ni hablar, ni meter bocado, estaban embroncados, me pregunto ¿para qué carajo nos llamaron?
Parece que en el trayecto que hicimos desde casa al club se armó la bronca entre estos dos, que momento…… ¿.y quienes se jodieron?
Por supuesto nosotros  la Carmencita Real y mi pobre viejo, que no teníamos nada que ver.
Nina se levantó impulsivamente y se fue a la pileta a sacarse la furia que cargaba.
Me quedé sola armando mi equipo de mate y mientras mi viejo se sentaba junto a Don Gómez,a todo esto yo paraba la oreja y sentía que le contaba a mi viejo,
“Encima tengo a la madre  de ésta en casa enferma y a la que siento como un elemento extraño, tenemos un solo baño y somos siete en casa, - y seguía diciendo- ya le dije que hable a la hermana que vive viajando y se haga cargo de la vieja”
En fin… la convivencia es así. Al escuchar esta charla me di cuenta cual era la rabieta y pensé: el matrimonio es como una cartera de mujer que hay de todo lo que podamos imaginar, no falta nada y cuando necesitamos algo para usar en ese mismo momento nunca lo encontramos y revolvemos la cartera hasta dar con lo que buscamos.
Los primeros años del matrimonio el trato es de lo más cordial y amoroso nos decimos: “amor de aquí, amor de allá, permiso, gracias, perdón, te quiero y bla, bla, bla”,
Con el paso del tiempo el trato entre los esposos va cambiando… y las mujeres en conversaciones entre nosotras decimos:”Como me jode”, “como me cansa que se siente todos los domingos frente al televisor a ver todos los deportes habidos y por haber sin hablar nada” "vive laburando, llega tarde" "me deja toda la ropa sucia tirada en el baño" y seguimos con más, seguro.
¿Se dan cuenta?  Cuando pasamos a estas alturas han pasado varios años de convivencia…ahora eso sí hoy en día el matrimonio si es que existe, dura lo que un suspiro.
Como decía mi madre: “el matrimonio es una lotería y cuando los hombres se ponen viejos siempre son malhumorados, con amor mujeres, con amor”


viernes, 3 de mayo de 2013

Capitulo Diez. Masticando Bronca

En casa todo en orden, el viejo mirando la teve, el Nano en casa de un amigo, ¿y yo? masticando la bronca de no poder salir ni a la esquina.
Es que estoy esperando a Pepe, que ha quedado en venir…no puedo zafarme, dice que quiere hablar conmigo de hermano a hermana, de cosas serias, ¿qué será? me pregunto.
En esta familia nadie tiene cosas serias, tenemos cosas comunes, vulgares, tontas, re tontas, alegrías y amarguras, pero no serias.
Si…lo más serio es el dinero, eso es serio, llegar a fin de mes sin perder la cordura en el intento de sobrevivir.
Me olvidaba, cierto, también la salud es re importante, que por estos lados no sobra.
Siento toc, toc, en la puerta, es Pepe ha subido.
Con Pepe nos sentamos como siempre, nos miramos y no hablamos nada, solo nos miramos y suspiramos.
Si ya sé a esto lo he comentado antes, pero es como recurrente en esta familia.
Esta vez, no solo suspira y me mira, sino que también está más complicado que nunca, se ha tomado unos tintos de más y habla como si tuviera un osito de peluche en la boca.
Siempre pasa lo mismo, y la pobre de la Carmencita tiene que escuchar la misma cantinela de siempre, ¡el tema de la ex mujer! yo no lo entiendo a Pepe, tenía un matrimonio glorioso, meta joda, pero ¿que le pasó? se entreveró con una veinteañera, esas tipo de calendario de Gomería y le dijo chau a su matrimonio y al cabo de un año estaba solo sin la chica del calendario y con mas deudas que la Argentina, y lamentando haber perdido su mujer, la que fue su novia de la adolescencia, su casa y hasta a su perro “Corchito.”
Y si…yo le dije a Pepe, hermano cuando el sexo se calienta la cabeza no piensa.
Ahora escuchen esto ha pasado: la ex mujer al mes que Pepe se fuera, ya tenía a un novio instalado en su casa. ¡SI! En esa casa que él había pagado ladrillo por ladrillo y para rematarla, un tiempito antes de rajarse de la casa conyugal, le pagó la cirugía de la cara y creo que la de las tetas, completita quedó esta mujercita en esa linda casa.
Todavía no encuentra explicación de porqué decidió irse, ahora se siente como después de una borrachera, le ha quedado la resaca de una buena noche cada vez que recuerda la historia de su vida amorosa, se quiere volver a la casa, y yo tengo que hacerle de psicóloga, ¡siempre cuenta lo mismo!
¡Este Pepe! Moraleja: ¡cuidado con perder la chancleta por una aventura amorosa, que no siempre dura! 









viernes, 26 de abril de 2013

Capitulo nueve. Entre Mujeres

Este verano vamos casi todos los días al Club Deportivo y Social, usamos las instalaciones a lo loco, sobre todo la pileta.
Nos encontramos con los conocidos de siempre y hablamos de bueyes perdidos o también nos preguntamos si viven los Dinosaurios,  y de cosas así.
Me reuní con el grupete de mujeres solas, unas son solteras, otras divorciadas y otras viudas con maridos vivos,  esto significa que los maridos están como estatuas, ni bola que les dan...
 Hablamos de todo parecemos cotorras, nos juntamos tres y parecemos un montón mientras habla una, se contesta la otra y así, por los siglos de los siglos…  parece como que nos amontonamos en las palabras, igual, igual que las cotorras, ¿alguien las ha escuchado? Se encuentran dos en el árbol y empiezan hablar en su idioma  y parecen que fueran un montón.
Hablando de todo un poco...entre nosotras...que curiosas y envidiosas somos las mujeres a veces, digo, en pocos casos quedó tan evidente como cuando se acercó mi hermana Felisa a conversar con nosotras.
Cuanta envidia genera esa bruja, bruja y de las malas...y lo hace apropósito...se arrima con aires de condesa y cuenta las buenas de siempre, las buenas de su vida, de la plata que gasta en las cirugías, de las carteras caras que compra, de los cruceros a todas partes del mundo que se manda… demasiada  alegría para el grupo, que la miramos de lejos y pensamos… ¡esas son las diferencias y las cosas que nos alejan de ti!
Todas somos unas secas importantes, re importantes y esta bruja de Felisa se arrima contando esta vida tan plena como de Hollywood… es  comer delante de los pobres…cuanta bronca despierta en mis amigas, y lo hace para que cada una de nosotras suframos un ataque de hígado y se nos suba la bilis hasta la boca.  
Nosotras la remamos con los precios en súper de todos los días, con trabajos aburridos y sin posibilidades de prosperar, encima mantenemos gran parte de la casa y estamos más marcadas por los maridos que Messi en la Champions League.
No sé pero cada mango que logro juntar o monedas, las pongo en la cartera y siempre alguno de mi casa necesita sencillo por no decir que anda sin un mango y me desvalijan los centavos...
 Felisa, Felisa, soltera, política, nunca se queda sin trabajo, si la sacan de este cargo al mes tiene otro, hoy es secretaria de la subsecretaria de algo y mañana es jefa de otro algo y deja eso y la nombran de algo parecido en algo distinto. 
Dicen que es muy capaz va desde la Secretaría de Transporte  al  Ministerio de Economía, ella sabe todo, es muy necesaria.
Pensar que cuando se privatizó el banco donde trabajó mi viejo lo fletaron, el cargo de él ya no existía más, lo pulverizaron como dicen,  y de ahí no consiguió ningún laburo, por eso todos queremos ser en el fondo...¡ un poco la Gran Felisa!, ¡esa sí que la amasa!
Y como dice el tango… ¡el que no llora no mama y el no afana es un gil! 




sábado, 20 de abril de 2013

Capitulo ocho. Instalados en la Playa

Dejamos los bolsos y valijas  en la habitación del hotel. El viejo y el Nano inmediatamente abrieron la valija y los bolsos, rapidito, rapidito se dedicaron a sacar la ropa
Y… Carmencita Real… ¿Qué pudo hacer?
Calzarse la bikini, dejar todo despelotado, agarrar el bolsito estampado playero y a rajarse a la playa.
Llegué con la lengua afuera de la corrida que me pegué, saqué del bolso la loneta rayada- roja y azul- la extendí en esa bendita arena, a la que la sentía finita como la harina misma.
Atrás mío había un barcito, donde ponían música, con sonidos de Hawai, y otros sonidos con voces de mujeres cantando en francés.
El Nano con el viejo, llegaron como a las dos horas, estaban contentos y miraban el lugar, con el naso venteando como hacen los perros dogos cuando se acercan a un lugar desconocido. Faltaba que marcaran el territorio y bingo.
Estaba re llena la playa, una sombrilla al lado de la otra y la gente amontonada codos con codos y colas con colas.
Miraba a mi alrededor y veía mujeres gordas,  otras chuecas, otras re altas y súper flacas, había una rellenita con celulitis por los lugares estratégicos del cuerpo, petisa y gambuda, y me decía, ¡que parecida a mí esa petisita!
Y si…todas nos olvidamos de los kilitos de más y de los cuerpos que tenemos cuando estamos de vacaciones en la playa. Las 90-60-90 ¡en la televisión mujeres!
El viejo con el ruido de la música del barcito no escuchaba nada de las cosas que le hablaba el Nano, y le decía que no le entendía nada de lo que le hablaba, que volviera a repetirle lo dicho y si… ahí se trenzaron a discutir.
Claro, el Nano habla con una papa en la boca y pretende que el viejo que tiene disminuida la audición por los años lo escuche re bien.
¡Que yunta, la de estos dos! ¡Así no hacemos ni medio!
Bueno, que se maten, me voy a meter al mar y con cuidado para que no me traguen las olas.
Así pasaron nuestros días, de la playa al hotel y del hotel a salidas a comer, al teatro a recorrer todo y disfrutar toda esta bella ciudad, mi Mar del Plata, de mi amada Argentina y llegó la hora de pegar la vuelta para el rancho,
Es difícil despedirse, subimos al bondi emprendimos el viaje, nuevamente enmarañado y cuando quisimos acordar:
¡Colorín colorado estábamos en casa y estas vacaciones ya se habían terminado!