Se me fue el tiempo entre las manos, ha pasado un año!!!
Aquí
estoy, nuevamente entre mi gente, reencontrándome con los afectos, las ollas y las mil
y unas anécdotas recolectadas de mi exilio.
Mis
amigos no me encontraban, estaba desaparecida, me fui de casa, salí huyendo,
huyendo de la rutina. Armé un bolso grande como mi cuerpo, con las cosas más
queridas y más valiosas, me despedí del viejo y también del hijo.
Si
mujeres, hombres, niños, amigos, enemigos, queridos y odiados, ME FUI, planté bandera. Que me
pasó? Me harté, basta de la Carmen abnegada, basta de la Carmen comprensiva,
ahora debía vivir una vida con más libertad, tranquila y si…mas mundana.
Salí
de casa una tarde, luego del trabajo, hablé con los familiares y les expliqué
lo que necesitaba.
El
viejo me dijo: “Creo que te vas de Joda Carmencita, así es fácil, me dejas el
fardo de la responsabilidad de la casa y
del hijo”…, a lo que ni lerda ni perezosa, le dije: “No hombre que va!! Me voy
a respirar, encontrar el rumbo perdido y en cuanto al hijo decile que me
busque, que allí estaré para lo que mande”.
Por
supuesto que mi hermano Pepe, me castigó con su mirada prejuiciosa y me dijo: “sos una mala
mujer, eso no se hace”. Tuve que dar una respuesta a eso y le dije: “Decime
Pepiño a estas alturas de la vida, a quien le importa?”
Ni
hablar lo que dijo Felicitas; me dijo “que ella nunca hubiera hecho eso”…, pero
claro como lo haría si no sabe cómo putas se siente viviendo en matrimonio….así
es fácil!!
Pero
luego de haber pasado un año he
aprendido, he viajado, he conocido y tengo tanto para contar; que hasta mi
viejo, mi Nano y todos mis hermanos me han recibido con los brazos abiertos
para escuchar y abrazarme por la falta que les hice.
Que buen regreso, que
alegría….tomemos una copita de vino tinto y en la próxima les cuento!!!